Dra. Astrid Hernández

La presión arterial alta y los riñones

Es sabido que la hipertensión arterial afecta a la salud del corazón, pero sus efectos sobre los riñones son bastante desconocidos. Controlar la presión arterial alta es esencial para preservar la función renal.

Se la conoce como “el asesino silencioso” porque puede tenerla durante años sin saberlo.

La hipertensión arterial afecta más del 30% de la población mundial y es el principal factor de riesgo para enfermedad renal crónica y otras enfermedades cardiovasculares. Es sabido que un mal control de esta enfermedad acaba produciendo daño cardiovascular, pero no es tan conocida su relación con el deterioro de la función de los riñones. 

La hipertensión y la enfermedad renal están íntimamente relacionadas y, además, ambas evolucionan de forma silenciosa, sin producir apenas síntomas, hasta que están muy avanzadas. Afortunadamente, las dos se pueden detectar a tiempo y hay medidas eficaces para frenar su progresión. 

¿Qué daños puede causar en el cuerpo la presión arterial alta?

La hipertensión mantenida a lo largo del tiempo daña la pared de las arterias, Por eso, según explica Patricia Fernández-Llama, jefa de la Unidad de Hipertensión Arterial y Prevención del Daño Renal de la Fundación Puigvert, “los órganos que se lesionan son aquellos que están muy vascularizados, que reciben mucha sangre”. Es decir, los que resultan más afectados, son fundamentalmente el corazón, el cerebro, los ojos y los riñones. Este daño puede derivar en ataques cardíacos, derrames cerebrales e insuficiencia renal. 

¿Cómo se relaciona la presión arterial alta con la enfermedad renal?

Algunos tipos de enfermedad renal pueden provocar presión arterial alta. Más frecuentemente es la presión arterial alta la que provoca enfermedad renal. Además, la presión arterial alta acelera la pérdida de la función renal en las personas con enfermedad renal. Su proveedor de atención médica puede decirle cuánto daño renal ha sufrido midiendo la cantidad de proteína en la orina. Además, su proveedor de atención médica puede decirle cómo funcionan los riñones calculando su índice de filtración glomerular (IFG) a partir de los resultados de un simple análisis de sangre. Como las personas con presión arterial alta corren más riesgo de desarrollar enfermedad renal crónica, deben hacerse pruebas de detección de enfermedad renal, que deben incluir:

Un análisis de proteína en la orina. La proteína es un componente estructural importante que mantiene al cuerpo fuerte y saludable. Cuando los riñones funcionan correctamente, mantienen la proteína dentro del cuerpo. Sin embargo, cuando los riñones están dañados, la proteína se filtra en la orina. Dos análisis de proteína positivos en varias semanas se llama proteína persistente en la orina. Esto es una señal temprana de enfermedad renal crónica.

Un análisis de sangre para creatinina, que es el producto de desecho de la actividad muscular. Los resultados de este análisis se pueden utilizar para calcular su índice de filtración glomerular (IFG), que le informa a su proveedor de atención médica cómo funcionan los riñones. Un valor de IFG bajo puede significar que los riñones no funcionan lo suficientemente bien como para eliminar los desechos del cuerpo. Si tiene presión arterial alta, debe llevar un control de su IFG.

¿Cómo se trata la presión arterial alta?

Aunque la presión arterial alta no se puede curar, sí se puede controlar. Pregúntele a su proveedor de atención médica cuál debería ser su objetivo de presión arterial. Si tiene presión arterial alta, su proveedor de atención médica puede pedirle que implemente alguno de estos cambios en el estilo de vida:

• Perder el exceso de peso.

• Hacer más ejercicio.

• Reducir el consumo de sal.

• Reducir el consumo de alcohol

• Dejar de fumar, si es fumador. Fumar y tener presión arterial alta es una combinación que puede aumentar el riesgo de problemas, como ataques cardíacos y derrames cerebrales.

También se aconsejan las siguientes medidas preventivas:

• Evitar el estrés. Situaciones de estrés importante pueden hacer que la presión arterial suba, tanto de forma episódica como mantenida.

• Evitar el sobrepeso y la obesidad (que hacen trabajar más a los riñones).

• Hidratarse correctamente, es decir, no beber ni poca ni demasiada agua, ya que un exceso también puede dañar los riñones. La recomendación general en población sana es entre litro y medio y dos litros al día.

• Se recomienda a los hombres mayores, especialmente a los mayores de 65 años, realizarse una revisión prostática periódica, ya que la hiperplasia benigna (agrandamiento de la próstata) puede causar daño renal.

Como especialista en salud renal, estoy aquí para ayudarte a tomar medidas prácticas para cuidar de tu salud y prevenir enfermedades renales. Recuerda, la prevención es clave para una buena salud.

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