Por la Dra. Astrid Hernández – Médica Nefróloga
La hipertensión arterial (presión alta) es una de las principales causas de enfermedad renal crónica (ERC) en el mundo. Sabemos que una de cada 5 personas con hipertensión arterial padece de enfermedad renal e infortunadamente la enfermedad renal secundaria a la hipertensión arterial da muy pocos síntomas hasta fases muy avanzadas. nefróloga, te explicaré de forma sencilla por qué sucede esto, cómo reconocer los signos de alerta, y qué puedes hacer para proteger tu salud renal.
¿Qué tienen que ver la presión alta y los riñones en la hipertensión?
Los riñones son órganos esenciales que se encargan de filtrar la sangre, eliminar toxinas y regular el equilibrio de líquidos, electrolitos y la presión arterial. Están formados por millones de pequeños filtros llamados nefronas.
Cuando la presión arterial está constantemente alta, los vasos sanguíneos que llevan sangre a estos filtros se dañan. Al estar sometidos a una presión mayor de la que pueden manejar, se inflaman, se endurecen o se estrechan, lo que reduce el flujo de sangre a los riñones. Con el tiempo, esto hace que los riñones pierdan su capacidad de filtrar correctamente. El daño renal por hipertensión arterial suele ocurrir a los 10 a 15 años posteriores a el diagnóstico de la hipertensión
¿Cómo se produce el daño en tus riñones?
- Presión alta prolongada → Daño en los vasos pequeños del riñón (arteriolas).
- Esto provoca isquemia (menos oxígeno en los tejidos).
- Se activa un sistema llamado RAAS (renina-angiotensina-aldosterona), que empeora la presión y daña aún más el riñón.
- Con el tiempo, el riñón empieza a formar cicatrices (fibrosis) y pierde función.
Este proceso es lento, pero continuo si no se trata.
¿Cuáles son los signos de que tus riñones pueden estar afectados por la hipertensión?
En etapas tempranas, no hay síntomas. Por eso es tan importante hacerse controles periódicos.
Cuando el daño renal ha progresado hasta perder más del 80% de la función es cuando se empiezan a tener síntomas como
- Hinchazón en piernas, tobillos o cara (por retención de líquidos).
- Necesidad de orinar más a la noche o nicturia
- Fatiga o debilidad.
- Dolor de cabeza frecuente (por presión mal controlada).
- Cambios en el apetito o náuseas.
¿Cómo se puede prevenir?
La buena noticia es que la enfermedad renal por hipertensión se puede prevenir si se detecta y controla a tiempo. Aquí algunos consejos clave:
- Toma tu presión con frecuencia. Si es mayor de 130/80 mmHg, consulta a tu médico, el diagnóstico y el tratamiento adecuado es la clave para evitar el daño renal.
- Mantén un estilo de vida saludable:
- Come bajo en sal y abundantes frutas y verduras.
- Haz ejercicio regularmente, 150 minutos por semana.
- Evita el sobrepeso y el estrés.
- Duerme 7-8 horas diarias.
- Hazte chequeos de función renal si tienes hipertensión:
- Creatinina en sangre
- Examen de orina (para detectar proteínas).
- Toma los medicamentos prescritos por tu médico, aunque te sientas bien., no los interrumpas sin acordarlo con tu médico
- Evita antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, naproxeno o similares) y antigripales sin indicación médica, ya que pueden dañar aún más los riñones y empeorar el control de la tensión arterial respectivamente.
- Acude a Nefrología para que te explique cómo prevenir el deterioro.
¿Y si ya tengo daño renal?
El tratamiento se enfoca en detener la progresión del daño. Para eso es fundamental:
- Controlar la presión arterial estrictamente, idealmente por debajo de 130/80 mmHg pero tampoco debajo de 110/60 mmHg
- Usar medicamentos que protegen los riñones como los IECAS o ARA II.: enalapril, losartan o similares y asistir a controles para regular su dosis, en épocas como el verano se suele necesitar menos dosis.
- Seguir una dieta especial (baja en sodio y proteínas si lo indica el nefrólogo).
- Controlar otros factores como la diabetes, el colesterol y el ácido úrico.
- Ser valorado regularmente por Nefrología, especialmente si ya hay pérdida de función renal.
En resumen: La hipertensión mal controlada puede dañar silenciosamente los riñones
Pero con prevención, llevando un estilo de vida saludable; seguimiento médico, es posible evitar o retrasar el desarrollo de enfermedad renal crónica.
Si tienes presión alta, no esperes a sentirte mal para actuar. Una evaluación a tiempo puede marcar la diferencia.
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